Contratos inteligentes - Smart Contracts

Contratos Inteligentes – Smart Contracts

Contratos Inteligentes Smart Contracts

La informática nació en el siglo XX y sus primeros pasos consistieron en el producción del equipo (hardware) necesario para la transmisión digital de información, principalmente de los procesos repetitivos administrativos. A continuación, a finales del siglo XX y a principios del siglo XXI, los avances en la informática se orientaron en el desarrollo de los primeros programas (software) informáticos masivos para la creación y administración de contenidos pasivos, es decir sin interacción con bienes de la vida real. Pero la tecnología avanza, por eso, en la actualidad muchas empresas están trabajando en la elaboración de softwares que creen y administren contenidos activos, es decir que interactúen con bienes de la vida real, como es el caso de los Contratos Inteligentes o Smart Contracts(1) en inglés.

Contratos Inteligentes Smart Contracts

Un contrato inteligente es un programa informático que ejecuta automáticamente una cláusula contractual cuando se efectiviza su condición preprogramada, por lo tanto su realización es objetiva pues se desvincula la valoración subjetiva personal. El principal objetivo de un contrato inteligente es brindar una seguridad superior a la ley de contratos y a la vez reducir los costos operativos. Además, el gran potencial de esta herramienta tecnológica consiste en su capacidad para transformar los intercambios económicos de cualquier tipo y abrir nuevas vías de negocio que hoy apenas imaginamos.

El programa se instala en una red incorruptible que garantiza la inmutabilidad del contrato, pues no se puede borrar ni editar una vez creado porque no se instala ni en una computadora personal ni en un servidor; además, su custodia no está centralizada, sino distribuida en toda la red; y por último, es transparente porque su código es visible por todos.

Las principales diferencias entre los contratos comunes y los contratos inteligentes consiste en el lenguaje, la interpretación y la ejecución. Los contratos comunes se redactan verbalmente o por escrito en lenguaje natural dando lugar a la ambigüedad y a las interpretaciones arbitrarias; en consecuencia su ejecución depende del sistema judicial que suele ser lento, manipulable y costoso, por lo tanto las partes nunca tienen la certeza absoluta de que el acuerdo será ejecutado. En cambio, los contratos inteligentes se redactan por escrito en lenguaje de programación, es decir en un código claro y objetivo que limita las interpretaciones confusas. La ejecución de este contrato es económica, automática, rápida y segura; y se produce cuando se cumplen las condiciones predefinidas, de ahí que las partes pueden tener casi una certeza total de que el acuerdo se cumplirá tal como fue pactado. Ahora bien, la principal debilidad de los contratos inteligentes consiste en su inmutabilidad pues, a diferencia de los contratos comunes, un error o una mala programación no se puede “salvar” o modificar en forma sencilla, lo cual impactará negativamente en la vida real.

El contrato inteligente nace gracias a los avances en la Tecnología de la Red Blockchain, que permite la escritura de los contratos en ella, y en las Criptomonedas debido a que por el momento los pagos solamente se realizan mediante ellas, pues aún no existe la tecnología para realizar pagos mediante los bancos comerciales tradicionales. Sin embargo estos bancos están trabajando mediante el consorcio R3(2) para incorporar esta tecnología dentro de su sistema.

Un ejemplo de contrato inteligente podría consistir en que si un avión se retrasa más de media hora la aerolínea indemnizará inmediatamente a los pasajeros con el 10% del precio del vuelo. Otro ejemplo podría ver la luz si un grupo de personas compran un vehículo autónomo para ser utilizado como taxi o Uber y a medida que genera ingresos se distribuyen previa deducción de los costos en forma automática e inmediata. Estos ejemplos, son algunos de los tantos casos que se podrían llevar a cabo en el futuro bajo la noción del Internet del Valor, que cada día está más cerca.

Federico Camargo

 

Referencias

  1. El término fue presentado por primera vez por Nick Szabo en 1997, y se puede leer su propuesta en
    ojphi.org/ojs/index.php/fm/article/view/548/469.
  2. R3 es un consorcio financiero compuesto por más de 200 instituciones principalmente financieras, reguladores y asociaciones comerciales; dedicado específicamente al estudio de blockchain a fin de investigar usos y estándares internacionales seguros para esta tecnología. Su página web oficial es www.r3.com.

 

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